lunes, 19 de noviembre de 2012


ES SIMPLE: HAZLO FÁCIL


La simplicidad es la sofisticación definitiva. (Leonardo Da Vinci)

Los japoneses frecuentemente en sus habitaciones tienen pocas cosas, escasos muebles, sin televisores, bibliotecas y los colores de las mismas son claros con preferencia al blanco. Muchas disciplinas orientales, que por cierto son milenarias, nos demuestran que la tendencia es ir hacia lo sencillo que busca la paz, la armonía y la funcionalidad. Cuantas veces en nuestro paso por las universidades nos encontramos a profesores con mucho conocimiento pero que en el momento de transmitirlos a sus alumnos no logran los objetivos. Domar la complejidad para convertirla en simplicidad requiere un esfuerzo de reducción y precisión comunicativa que no todos podemos lograr. Pero el camino es ir hacia allá siempre y constantemente en todo, en cuanto más sencillo pueda Ud. transmitir una idea mejores serán los resultados alcanzados. La industria de la publicidad tiene muchos ejemplo de esto,  los comerciales con la idea más simple, fuerte y bien presentada es el que normalmente recordamos, y con él su marca.
Sin complejidad no existe la simplicidad. Hace poco tiempo los teléfonos celulares mientras más teclas y botones tenían eran mejores, ahora estos smartphone con tres teclas permiten acceso a un mundo mayor de posibilidades, esta es la tendencia global. Pero muchos seres humanos prefieren complicar sus vidas al máximo, en el amor, el trabajo y en todas las relaciones humanas. La felicidad es más fácil de alcanzar desde la simplicidad. Cuando salimos de las grandes ciudades y conocemos gente sencilla como agricultores o pescadores es muy interesante entablar conversaciones con ellos, normalmente son gente que depende de sus faenas diarias de trabajo, pero entre las arrugas del sol inclemente que deben soportar casi siempre encontramos una sonrisa y un brillo en los ojos que se parece mucho a la felicidad. Entonces la tarea por hacer es aprender de esa actitud positiva.
Es importante adoptar la idea de ir simplificando las cosas cada vez más. Una vida simple es una vida feliz, y simple no significa sin sustancia, lo que significa es priorizar lo verdaderamente esencial de acuerdo a nuestros valores. No basta con tener buenas intenciones de hacerlo, es primordial escoger las 5 cosas más importantes de nuestras vidas y dedicarnos a ellas con pasión creando así un hábito de éxito. Este es un trabajo que primero es reflexivo y luego es de acción, esa lista de 5 prioridades puede cambiar en el tiempo, pero debe estar presentes como un GPS que te lleva en busca del rumbo correcto. Tener una meta diaria que apalanque una de esas prioridades nos puede mantener siempre con eso norte claro.
Orden y simplicidad en nuestra casa, en el trabajo, en las relaciones, en lo que comemos, en las finanzas; en fin, en lo que hacemos y pensamos, eso nos ayudará a conseguir simplicidad en la mente y en el corazón. Aunque parezca difícil no lo es, crear el hábito nos lleva a la sofisticación de lo simple.

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