LOS SIGNOS DE LA INFLACIÓN EN AMÉRICA LATINA
Rafael Esteban Franquíz León
Económicamente, Latinoamérica se
ha visto menos afectada por el crisis que azota actualmente al mundo. La región
está marcada por un sin número de diferencias que pueden confundir al más
riguroso de los analistas. América Latina tuvo su implosión económica hace
varias décadas atrás y algunas lecciones parecen haberse aprendido en algunos
países. Para no extraviarnos concentrémonos en un factor de estudio, la
inflación.
Según la FAO, América Latina en
los últimos dos años (2010-2011) estabilizó su inflación en un promedio de 7%, resaltando
que los precios de los alimentos se mantienen con pocas variaciones. Pero este
índice general debe ser analizado más detalladamente para ver cuáles son los
países que contribuyen a bajar o subir esta variable. En otro estudio realizado
por el Consejo Monetario Centroamericano se va al detalle por países. Comencemos
con el gigante la región, una de las economías más grandes del mundo, se trata
de Brasil promediando un 6,20% para este período. Otra de las grandes economías
de la región, Chile, maneja un promedio de 3,70%. Colombia se
presenta como una economía emergente y estable con un promedio de 3,45% para el período,
algunos de estos países que hoy presentan resultados positivos tuvieron en el pasado
promedios de hiperinflación. Ahora revisemos otras economías que
reprobaron la materia, Argentina con inflación de dos dígitos en 10,21%. Pero la
inflación más alta de la región y una de las más altas del mundo, es la de Venezuela
con promedio de 27,37% siendo el país con el peor desempeño en esta materia.
Como punto referencial, en el mismo informe se detalla la inflación en Estados
Unidos con un promedio de 2,23%.
Como se puede apreciar, en una
misma región se manejan realidades muy distintas, las expectativas y la calidad
de vida de los ciudadanos que viven en un país con una inflación por debajo de cuatro
puntos y otra realidad con veintisiete puntos porcentuales son muy distintas, como en el
caso de Venezuela. En las inflaciones salvajes cercanas o superiores a 30% los ciudadanos
ven como sus ingresos se convierten en sal y agua. No debemos olvidar que en
Venezuela desde hace nueve años se mantiene controles cambiarios y de precios
que evidentemente no han sido eficientes para contener la inflación. Estas
distorsiones traen como resultado que el costo de un apartamento, en diez meses,
sea tan impredecible como el de un kilo de zanahorias. Por otra parte, en
países con baja inflación se puede planificar económicamente, sus ciudadanos
pueden saber cuánto le costarán los bienes y servicios por largos períodos.
La lección que habría que extraer
de estos precedentes es la necesidad urgente de revisar que están haciendo los
países que acertadamente controlan el flagelo de la inflación, llamado
el peor impuesto del mundo porque afecta esencialmente a los más pobres. No es
con un rosario de controles que se mantiene a raya el encarecimiento de bienes
y servicios. Qué políticas están
implementando en Brasil, Chile, Colombia o Estados Unidos, que no podamos aplicarlas
en Venezuela. La globalización y la comunicación ya no son las de antes, ahora
cualquier persona puede realizar investigación de calidad, ya no es tan fácil confundir
a los ciudadanos que se quieren informar para poder exigir a los gobiernos de
turno.
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